A las 22:30 de esta noche, la orilla del Manzanares explotará. Solo falta saber si de alegría o de rabia, si de euforia o de frustración. Esta noche juega el atleti, lo que siempre es un tiro al aire, y se juega la vida, así que o el tiro es al cielo, o se da en todo el pie. No sería la primera vez.
Lo de hoy és poco menos que una ruleta rusa. Y ahí el atleti tiene sus opciones, pues toda ruleta rusa suele deslizarse alrededor de la locura.
Quizás por eso Aguirre sorprende con la presumible titularidad de Maniche, sisi, Maniche, aquél que hace dos semanas no iba a vestir nunca más la camiseta colchonera tiene todos los números para ser de la partida en la noche más decisiva del atleti en los últimos años. Esquizofénico.
Como de locos parece que un chaval de a penas 20 años, se calze las botas casi sin bajar del avión que le trajo des de Pekín y cargue en su espalda con las ilusiones de las 50.000 gargantas que rebentarán el Calderón y de las otras miles que tragarán saliva des de sus casas.
Pero no se puede fiar todo a los hados y en el manzanares lo saben.
Dejarlo en manos de la fortuna puede ser efectivo, pero es mucho más fácil ganar si uno es consciente de sus posibilidades y las usa con estrategia.
La ruleta está a punto de comenzar, el Schalke ya ha disparado y el siguiente tiro sólo puede dar dos resultados. O el Atleti está en el bombo de la fase de grupos el viernes o suma un nuevo fracaso que debería reconocer tras el mismo pitido final. Escudarse bajo otra derrota épica sólo serviría para añadir una muesca más a una muletilla de "El Pupas" que hoy debería ser enterrada. Para siempre.
